Los profesionales, pues aprenden a detectar sus fortalezas y áreas de mejora, a optimizar su liderazgo y sus resultados, potenciando las relaciones con colaboradores, colegas, jefes, clientes, proveedores, etc.

Los equipos, encontrando la manera de desarrollarse y mejorar sus resultados, porque aprenden a operar con elevados niveles de confianza, comunicación, creatividad y cohesión.

Las personas, porque mejora su auto-conocimiento, la razón de sus prioridades y valores, y el desarrollo de un mayor equilibrio personal en pos de los objetivos marcados.

Las organizaciones, beneficiándose de todo lo anterior, y así mejorar la retención y disminuir la rotación de sus empleados, facilitando los procesos de cambio organizacional e influyendo muy positivamente en la comunicación, los estilos de liderazgo y, por tanto, en el clima laboral.